miércoles, 13 de enero de 2010

LOS MONASTERIOS MEDIEVALES






En el mundo medieval, los monasterios hacían la función de «ciudades de Dios», al igual que las villas, los pueblos y las aldeas eran las ciudades de los hombres.
En la Edad Media, muchos de los monasterios también servían como granjas, casa de huéspedes, centros de aprendizaje y hasta como hospitales, siempre bajo las reglas benedictinas.
Desde hace miles de años han existido hombres que voluntariamente han abandonado la sociedad para retirarse a meditar y orar en soledad; son conocidos como frailes.



La regla de San Benito.

Según la cual los monjes debían rezar y trabajar (ora et labora) de manera equilibrada. Para ello se prestaba especial atención a la organización del horario.
Más tarde aparecieron otras órdenes que establecieron reglas aún más rígidas. Construían sus monasterios bien alejados de las ciudades y allí cultivaban la tierra y criaban su propio ganado.
En Yorkshire los monjes tenían prohibido hablar.
Los franciscanos profesaban la pobreza y la ayuda a los semejantes.
Tras la Reforma Protestante, muchos monjes abandonaron los monasterios para seguir la doctrina de Lutero. Luego, durante las guerras de religión, muchos monasterios fueron saqueados y destruidos.
Como ejemplos son: Monasterio de Cabrera, San Millán de la Cogolla, San Juan de la Peña, Convento de San Antón, Monasterio de El Escorial, El Monasterio de Piedra y Monasterio de San Benito.

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